La fiebre del oro en Amazonas sigue tomando mayor vigor desde hace una década. Según la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG), solo en el estado Amazonas «5.265 km cuadrados de bosque (han sido) devastados en los últimos 15 años». De acuerdo con la medición de esta organización cada cinco años el porcentaje de devastación boscosa es mayor que la anterior. Entre el 2000 y 2005, el aumento respecto a la medición anterior fue de 17%. Mientras que luego del quinquenio inmediato, es decir, entre 2006 y 2010, aumentó a 29,4%. En la última medición, la devastación aumentó a 53,6%. Estos reportes indican que cada cinco años, la capacidad de destrucción de los mineros es mayor que el quinquenio anterior. La fiebre del oro en Amazonas no solo causó desplazamiento, muerte y conflicto, sino que obligó a los originarios a enfrentarse a grupos armados irregulares poderosos. A la par de las consecuencias negativas de la explotación minera, los pueblos indígenas del estado Amazonas y otras entidades mineras, se han visto en la necesidad de lidiar contra grupos armados colombianos y locales.