Cada país tiene derecho a definir su política migratoria, pero al hacerlo en este contexto, el presidente Moreno estigmatizó a toda una población y avivó la xenofobia oculta en un país que ha recibido cerca de 300.000 migrantes venezolanos. “El gobierno consiguió instalar en la opinión pública la imagen de que la migración venezolana está relacionada con la criminalidad”, dijo Daniela Salazar, abogada y vicedecana del Colegio de Jurisprudencia de la Universidad de Quito. Y agregó:“sorprende que el Presidente reaccione frente a este feminicidio cometido por un ciudadano venezolano, y no reaccione frente a los otros cientos que ocurren en Ecuador”.