“Paz”. Esta palabra fue el centro de reflexión en la séptima edición de la Cátedra de Frontera, y que pareciera estar lejos de su cristalización, por diversos factores, que fueron expuestos por los invitados especiales.
El economista y profesor de la universidad Libre, Mario Zambrano. puso sobre el tapete la importancia de ver a los grupos violentos desde su accionar metropolitano y transfronterizo: «Lamentablemente, la institución sigue viendo a las bandas criminales desde lo municipal, sin tener las herramientas más eficientes para combatirlas».
El economista recalcó que la coordinación que se dé entre ambos países es vital para buscar la desarticulación de los grupos.
El padre Eduardo Soto, director de Posgrado de la UCAT, habló de las comunidades binacionales, las cuales, a su juicio, no han sido entendidas desde Caracas y Bogotá. Mas bien, «las han desatendido».
Otro punto a analizar, desde la perspectiva del profesor, es la militarización de la frontera, la cual debe ser analizada desde la óptica de qué tanto ha contribuido en la construcción de paz.
Emiro Ropero, asesor de paz y exguerrillero, participó en la cátedra al dar su planteamiento basado en que una zona de paz en frontera se construye brindando oportunidades de empleo y de educación a los sectores más desfavorecidos.