El sacerdote jesuita y director de postgrado de la UCAT, Eduardo Soto, lamenta que desde Caracas y Bogotá haya una visión sesgada de lo que son las comunidades binacionales o familias transfronterizas.
El planteamiento lo hizo en su intervención como ponente de la Cátedra de Frontera, en su séptima edición, celebrada en la Biblioteca Pública de la ciudad de Cúcuta, en Norte de Santander.
El padre y académico resaltó la importancia de que se escuchen a las comunidades binacionales, de que el Estado conozca cuáles son sus reales necesidades, «cómo ellas entienden la paz en su territorio y no una paz impuesta desde Caracas o Bogotá».
Indicó además que, al escuchar con atención a estas comunidades, se pueden generar espacios culturales y sociales que permitan su florecimiento.
Insistió en que al escucharse a estas comunidades se puede obtener la fórmula para la paz en la zona.
En cuanto a la militarización de la frontera, enfatizó que «tenemos tantos años con la presencia de uniformados y la paz, sobre todo en Colombia, no se ha logrado alcanzar. En Venezuela la situación es distinta, ha habido momentos de mayor paz y menor paz, pero la respuesta del Estado, frente a la paz, no solo puede ser la militarización».