Venezolanos detenidos en la cárcel Barak Di Ilegal, en la isla de Curazao, mantuvieron durante cuatro días una huelga de hambre para exigir mejoras en las condiciones de reclusión. Los ciudadanos pidieron además el cese de las violaciones de los derechos humanos y la reubicación de ocho mujeres connacionales. Defensoras de los derechos humanos, reseñó Crónicas del Caribe, denunciaron que 16 migrantes han sufrido maltratos por parte de funcionarios de Migración. La protesta, de acuerdo con el medio digital, comenzó en el pabellón de los hombres, donde había dos ciudadanos enfermos, uno de ellos con problemas cardíacos. Los detenidos pretendían llamar la atención del gobierno del primer ministro Gilmar Pisas. La organización no gubernamental Human Rights Defense Curazao prestó apoyo a los migrantes. Su directora, Ieteke Inchi Witteveen, cuestionó que se prive de libertad a los extranjeros que llegan a la isla en búsqueda de protección.