La reactivación de los puentes internacionales Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander ha generado más desolación en San Antonio del Táchira y Ureña. No se han logrado los objetivos con la reapertura de los pasos formales. El bosquejo, crudo y sin cortapisas, lo dio la presidenta de la Cámara de Comercio del municipio Bolívar, Isabel Castillo, quien aseguró que urge el financiamiento y la flexibilización en la zona. “Cuando estaban cerrados los puentes había más movimiento en el casco central de los municipios de frontera. Aplaudimos la reapertura, pero debe estar acompañada del apalancamiento para que los empresarios vuelvan y puedan despegar”, aseveró Castillo. Entre las flexibilizaciones que deben tomar en cuenta las autoridades, recalcó la necesidad de que el Seniat no exija la máquina fiscal, pues ningún comerciante está en condiciones para adquirir un aparato que cuesta más de 1.000 dólares. Otro de los puntos en los que hizo hincapié la representante del sector productivo en frontera, es en la exoneración de impuestos, “que haya un tiempo muerto para que los comerciantes e industriales puedan levantarse”. Castillo ve como un exabrupto que el pago del servicio de agua potable haya aumentado en un 3.000 %, lo que representa una asfixia para los pocos comerciantes que sobreviven en el eje San Antonio – Ureña.

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