El rescate de la adolescente tachirense, desaparecida desde el pasado 1° de febrero, encendió una vez más las alarmas de las autoridades venezolanas, pues todo indica que es un caso de trata de personas. Los familiares iban a cumplir seis días sin conocer sobre su paradero. Las investigaciones e indagaciones de los funcionarios señalan que la joven había sido captada por una red de explotación sexual que pretendía someterla a ese entorno. La menor estaba confundida y a varios kilómetros de distancia de su hogar. La red de explotación sexual, aparentemente, funciona del lado colombiano, pero ha logrado penetrar en territorio venezolano, donde también opera y está captando a víctimas que estarían sometiendo a este tipo explotación. Al parecer, la menor pudo escapar a tiempo de las personas que deseaban involucrarla con la red de prostitución. Se dirigió hacia el paso formal, donde recibió la ayuda y protección de los funcionarios de la GNB. En agosto de 2022, otro caso de trata de personas reveló lo frágil que es la zona de frontera y el peligro que corren muchas jóvenes y menores, quienes son trasladados a ciertos lugares, bajo engaños, para luego ser sometidos a redes de explotación. En esa ocasión, la llamada oportuna del padre de una de las dos víctimas (una joven de 18 y otra de 16) hizo que los organismos de seguridad ciudadana actuaran a tiempo y evitaran que las jóvenes fueran sacadas del país, vía trocha.