Con agosto llegaron las vacaciones anheladas, sobre todo por niños, niñas y adolescentes, quienes después de un año escolar, aspiran por este tiempo los espacios y lugares para disfrutarlas al máximo, lo cual es un derecho consagrado de acuerdo a la convención de derechos del NNA, donde se señala que tienen derecho “al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes”, según la Unicef. No obstante, en el El Nula, zona fronteriza del Alto Apure, este derecho se ve muy lejos de cumplirse por razones que van desde lo físico y material, hasta las limitaciones económicas para asistir a centros recreativos en El Piñal y San Cristóbal en el estado Táchira. Mientras tanto, en la capital de la parroquia San Camilo, no existen esos espacios suficientes y necesarios para desarrollar la creatividad y diversión. En la Avenida San Camilo está el único lugar diseñado para la recreación de los más pequeños. Allí hay parques infantiles que hoy presentan gran deterioro en su infraestructura, aunado al abandono de sus áreas verdes y de la pintura.