Se estima que en Colombia ya superamos los tres millones de venezolanos y retornados, una cifra que tiende a crecer y una población que, en su mayoría, llegó para quedarse. Por esto se esperaría que las propuestas de los aspirantes a alcaldías y gobernaciones incluyan acciones concretas para su integración. La migración venezolana es un tema ineludible en estas elecciones locales. Temas como el apoyo a la regularización de su situación migratoria, la cobertura en la oferta institucional de salud y educación, programas para incentivar el acceso al empleo formal y estrategias para disminuir los niveles de xenofobia deberían estarse tratando en el debate de elecciones locales, porque tienen efectos directos sobre lo que sigue en materia de gestión migratoria en Colombia. Esto teniendo en cuenta que el éxito de la integración depende en gran medida de lo que se hace en la escala territorial. Lastimosamente, el panorama es otro. En los últimos días se han visto mensajes xenófobos de candidaturas que insisten en securitizar la agenda migratoria, bajo el argumento de que la migración venezolana ha generado un aumento en la inseguridad de las ciudades. En otras orillas, no hay candidatos haciendo contrapeso o desmintiendo con vehemencia estas agendas.