El gobierno de Panamá analiza la posibilidad de deportar a ciudadanos venezolanos en respuesta al creciente “flujo migratorio inverso” provocado por el endurecimiento de las políticas migratorias en Estados Unidos.
Debido a la falta de relaciones diplomáticas con Venezuela, el país estudia dos alternativas: enviar directamente a los migrantes a su nación de origen o trasladarlos a través de un tercer país, informó una fuente oficial panameña.
“Con Venezuela no tenemos relaciones diplomáticas, pero la Cancillería panameña efectivamente va a tratar de hacer los contactos pertinentes a través de las autoridades para lograr que ellos reciban a sus nacionales”, afirmó el ministro de Seguridad Pública, Frank Ábrego, en declaraciones a periodistas.
Ábrego se refirió a esta posibilidad de envío de venezolanos desde Panamá tras reunirse hoy con las autoridades de Costa Rica, con las que analizó este flujo inverso de migrantes.
Tras detectar este “flujo migratorio inverso”, las autoridades de Panamá y Costa Rica acordaron este martes trasladar a los migrantes que retornan desde el norte del continente hacia el sur a albergues en las fronteras, para luego ser devueltos a sus países de origen en aviones pagados por Estados Unidos.
En ese sentido, Ábrego dijo que la reunión con su homólogo costarricense, Mario Zamora, “permitió establecer un protocolo inicial para gestionar el retorno de migrantes irregulares, que contempla su concentración en el Centro de Atención al Migrante en Costa Rica”.