En la Guajira venezolana, en el Estado Zulia, se observan a cientos de niños en la calle haciendo trabajo como carretillero, limpia botas o vendedores de combustible, sin ningún tipo de seguimiento de los organismos competentes del Estado que tienen que garantizar que los menores de edad se eduquen. Hay muchos niños en la Guajira perdidos en el alcohol y niñas en la prostitución. “Yo vendo víveres en las aceras de Los Filuos: me gano diario 30 mil bolívares. Dejé los estudios porque no tengo uniforme y nada alcanza para comprar mi zapatos”, expresó Dedan Martínez, de 11 años de edad. “Mis padres se fueron para Maicao y ahora vivo con mis abuelos”.