Son tres mujeres venezolanas que huyeron a Colombia para mejorar su calidad de vida, pero regresaron a Venezuela agotadas por las violencias basadas en género que minan el trayecto de ida y vuelta. Al contar sus historias, ellas reconocen que necesitan ayuda para recuperar su salud mental.
Clara Astorga, presidenta de la Federación de Psicólogos de Venezuela, explica que muchas personas que huyen de Venezuela afrontan experiencias de riesgo extremo que les causan daños psicológicos. Los perjuicios del desplazamiento forzado en la salud mental suelen empeorar con la frustración por no lograr una mejor calidad de vida fuera del país y el retorno a Venezuela con la sensación de derrota, agrega la experta.
Cuando se trata de mujeres retornadas los desafíos son mayores. Astorga indica que ellas deben asumir la carga adicional de las violencias basadas en género. Las mujeres que huyen de Venezuela están en una situación de precariedad material y emocional que las hace más vulnerables a distintas formas de abuso, entre ellas el abuso sexual.