Desde el 15 de marzo unos 260 hombres se encuentran encarcelados en la prisión de alta seguridad Cecot, en El Salvador. Llegaron allí porque el Gobierno de Estados Unidos los detuvo y trasladó sin una orden judicial y en secreto. La Administración Trump sostiene que son criminales peligrosos, pero la mayoría de ellos carece de antecedentes penales. Un informe ha revelado que, además, al menos 50 de ellos entraron en Estados Unidos legalmente, aunque el Gobierno asegura que su ofensiva antiinmigración está dirigida contra los indocumentados.
“Estas personas llegaron a los Estados Unidos con permiso previo del Gobierno estadounidense, fueron examinados antes de su llegada, no violaron ninguna ley migratoria estadounidense y el Gobierno los envió sin el debido proceso a una prisión extranjera”, concluye el informe realizado por el instituto Cato, un think tank de Washington.
Para elaborarlo y, debido a la falta de transparencia del Gobierno, Cato ha recopilado la información aportada por las familias, corroborada por documentos oficiales de entrada, declaraciones de testigos y comentarios del Gobierno sobre ellos.