La muestra es un constante reconocimiento a la lucha que enfrentan muchisimas personas en el mundo entero, entre ellas más de seis millones de personas provenientes del vecino país, que tuvieron que abandonar a la fuerza su patria, dejando atrás todo lo que amaban, y que ya hacen parte del tejido social de Colombia. Maloka lanzó la muestra en llave con la Fundación Ford, la Alcaldía de Bogotá y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), con el apoyo financiero de la Oficina de Población, Refugiados y Migración (PRM) del Departamento de Estado de Estados Unidos y el Gobierno de Japón, con la firme intención de destacar lo que hay detrás del simple hecho de caminar rumbo a lo desconocido. Toda la exposición es un constante reconocimiento a la entereza personal y espiritual de los migrantes venezolanos , y “tiene una serie de recursos que están ligados a historias de migración y a partir de ellas se puede generar ese diálogo, esa conversación y emergen emociones, preguntas, intereses”, asegura Sigrid Falla, directora de arquitectura de experiencias de Maloka.