Índices de inseguridad, pérdidas económicas y fortalecimiento de la ilegalidad, deja el cierre que completa más de seis años. Seis años sin paso vehicular y apenas unos meses tratando de normalizar el peatonal, cumple la frontera entre Colombia y Venezuela, por los puentes internacionales que conectan a los dos países hermanos. Una decisión diplomática que deja pérdidas millonarias en la economía de la región y que ha carecido de soluciones, debido a la ruptura de relaciones entre Bogotá y Caracas. Aún en el recuerdo de los nortesantandereanos está aquel 19 de agosto de 2015, cuando el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en cadena nacional, ordenó el cierre de los pasos limítrofes entre el estado Táchira y Norte de Santander, aduciendo problemas de inseguridad que se venían presentando.