Las mujeres y niñas de diferentes poblaciones étnicas del estado Zulia y quienes tienen condiciones específicas, como alguna discapacidad, cuando migran no solo enfrentan violaciones de sus derechos humanos, también son víctimas de discriminación debido a su situación de pobreza. Cuando la población indígena cruza la zona limítrofe, dice que sus derechos ancestrales están restringidos, pues los Estados no reconocen la binacionalidad, la cosmovisión indígena. Los tratan como migrantes y esto es una barrera, que afecta de manera diferenciada a las mujeres, a la hora de disfrutar de los servicios, de la atención médica y para optar por un puesto de trabajo. Según cifras que el Comité de Derechos de La Guajira presentó en el informe de 2022-2023, 45 % de las mujeres wayuu que salieron del país y que dejaron atrás a sus familiares, lo hicieron para buscar trabajo en Colombia o en el continente europeo. José David González, coordinador del comité, señaló, que en esa búsqueda terminan realizando trabajo forzoso y no son reivindicadas con sueldos reglamentarios, bien sea en Colombia o en otros países. González también citó que a la par, son víctimas de violencia basada en género (VBG), o están afectadas severamente por la falta de servicios públicos.