El creciente desembarco de migrantes venezolanos en Manaos es, en parte, fruto de los esfuerzos de las autoridades brasileñas para repartirlos por el territorio y aliviar las tensiones al norte de la capital del estado de Amazonas, región donde está el único paso fronterizo entre Brasil y Venezuela. Poco a poco, el Gobierno brasileño va trasladando venezolanos a Manaos. Aunque algunos recorren los 100 kilómetros, incluso a pie, con la idea de que en la gran ciudad será más fácil encontrar trabajo.