Todos son jóvenes, y la mayoría profesionales. Además, tienen en común dos cosas: son venezolanos y hoy están tras las rejas por intentar sacar droga. Esta es otra triste y desconocida realidad que están viviendo los ciudadanos de ese país, que, huyendo de las dificultades, llegaron a Colombia y terminaron en las garras de la mafia. Un tema lamentable que preocupa a las autoridades colombianas. Y con razón.
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