La medida anunciada oficialmente, el 5 de octubre, de que habrá deportaciones aéreas desde Estados Unidos para migrantes venezolanos detenidos sin documentación cuando intentan ingresar a ese país, constituye un paso más en la dirección de evitar el acceso a territorio estadounidense de lo que viene siendo un éxodo masivo, que ni siquiera lo detuvo la decisión de cerrar la frontera, hace un año. El 12 de octubre de 2022, el Gobierno de Estados Unidos anunció la inclusión de los venezolanos en la política de restricciones, que venía realizando con el resto de nacionalidades. La prohibición de ingresar por la frontera con México si no se contaba con un permiso o una cita, previamente tramitada. Las devoluciones en caliente, como se les denomina, ya que se envían a los migrantes a México, no a su país de origen, no frenaron el masivo arribo de venezolanos. El fin de acceso prácticamente libre que tuvieron los venezolanos, en 2021 y buena parte de 2022, y que justamente contribuyó a potenciar la ruta del Darién, a final de cuentas no logró mermar el flujo de una emigración masiva. Sólo en septiembre, según el propio gobierno estadounidense unos 50 mil venezolanos ingresaron de manera irregular a ese país, cruzando la frontera por México.