El capellán de su Santidad, monseñor Roberth Alexander Hernández Gómez, visitó este sábado 30 de diciembre la frontera. Como hijo de San Antonio del Táchira, en el municipio Bolívar, se mostró preocupado por la imagen que vio, la cual dista de la frontera viva y dinámica que atesora de su niñez. Monseñor Hernández Gómez reflejó su emoción y agradecimiento, pues tenía 10 años sin visitar su tierra natal, el pueblo donde «caminé, corrí y bailé. No puedo olvidar los templetes (minitecas en plena calle y en época de carnavales)», rememoró con un dejo de alegría. Los recuerdos lo hicieron trasladarse a la realidad. «Hay mucho que hacerle a San Antonio del Táchira. La migración que hemos tenido se nota. Hace falta rescatar a San Antonio, darle el puesto de Villa Heroica que tenía tan gloriosamente y llevábamos a todas partes del mundo». Aunque de los 28 años que suma en el sacerdocio, 20 han transcurrido en Roma, en Italia, y los últimos 14 los ha dedicado al servicio de la Santa Sede, no olvida sus raíces, las cuales siguen atadas a una frontera que lleva en su corazón y desea ver florecer como buen hijo que es.