Casi 600 venezolanos estan varados en Chile, varios duermen frente a la embajada del gobierno de Nicolás Maduro en Santiago dentro de carpas y encima de colchones desde inicios de mayo. Es un campamento improvisado, donde la desesperación creció después que se confirmaran dos contagiados de COVID-19. “Muchos están ahí porque no tienen en dónde dormir, otros porque creen que ejercen presión sobre las autoridades”, agrega Machado.
El Servicio Jesuita a Migrantes instaló un dormitorio temporal para atender a unos 50 venezolanos sin techo. “Llegaron a Chile en busca de una segunda oportunidad y están terminando su estadía en el país literalmente en la calle. Distintas organizaciones nos unimos para mejorar en algo su situación. No podemos permitir que queden niños a la intemperie con el frío y la lluvia. Debemos cuidarnos no sólo del virus, sino también de la indiferencia”, dijo José Tomás Vicuña, director de la organización en Chile.