Los migrantes venezolanos, debido a la Pandemia del COVID-19 están afrontando un sinfín de retos para regresar a sus hogares venezolanos, uno de esos retos son los caminos ilegales o mal llamadas «trochas» que han de pasar incluso arriesgando sus vidas para llegar a la tierra prometida. Decenas de migrantes venezolanos llegan a diario al puente internacional de Rumichaca, divisoria ecuatoriano-colombiana, para intentar cruzar una frontera que está blindada. La esperanza de un futuro mejor que hace dos o tres años los empujaba hacia el sur, se ha diluido en los últimos dos meses por el hambre, el temor y la humillación avivadas por una crisis sanitaria que poco a poco hunde el continente en la miseria.