Se cumple el tercer año del cierre de la frontera por parte del gobierno venezolano y, aunque hay avances en identificación, atención humanitaria, y apoyo a los inmigrantes, las condiciones de Norte de Santander siguen siendo difíciles, en especial porque el flujo migratorio no se detiene desde el 19 de agosto de 2015, exacerbado en el último año por la carencia de condiciones de vida digna en Venezuela.