Luego de los anuncios relacionados con la apertura de frontera, la Cámara Inmobiliaria del estado Táchira nota un aumento de los requerimientos de inmuebles para la compra y alquiler en las poblaciones fronterizas de San Antonio y Ureña, como era de esperarse, puesto que antes del año 2015, muchos residentes de la frontera preferían vivir del lado venezolano por el bajo costo de los servicios públicos y manejables precios de los arriendos. Vivir arrendado en Cúcuta requiere un presupuesto elevado, según relató Antonio Sánchez, un colombo venezolano que vivió en la capital nortesantandereana por al menos tres años, pero que tuvo que retornar a vivir del lado venezolano de la frontera para disminuir sus gastos.