Antes que la crisis sanitaria por el coronavirus obligara al gobierno colombiano a cerrar la frontera con Venezuela, cruzaban a diario unas 40.000 personas por el Puente Internacional Simón Bolívar, que comunica a Villa del Rosario con San Antonio del Táchira. Una vez que los contagios por la COVID-19 se dispararon en el país, el cierre de la frontera se hizo necesario para contener la expansión de la enfermedad, las trochas se convirtieron en la alternativa para decenas de familias que querían llegar a territorio colombiano en busca de ayuda o para seguir hacia otro país, en el sur del continente. Ante la difícil situación que podría generarse por la reapertura de la frontera al dispararse el flujo de migrantes, el alcalde de Cúcuta, Jairo Yáñez, propuso la creación de la Gerencia de la Migración en la Frontera.