Desde el 10 de enero, familias completas, en su mayoría indígenas, que huyen de Puerto Páez y comunidades adyacentes del municipio venezolano Pedro Camejo, están cruzando el río Meta que separa al estado Apure, Venezuela, del departamento Vichada, Colombia, para llegar hasta Puerto Carreño, la capital. Huyen de la violencia de la guerrilla ELN que ataca a sus comunidades a tiros y de las disidencias de las FARC que les amedrenta y recluta, para sus filas, a sus hijos menores de edad. Actualmente, cualquier lugareño está bajo sospecha de ser colaborador de cualquiera de los dos grupos armados irregulares y lo paga con su vida. Esta zona se encuentra al extremo contrario de los límites de Apure con Arauca, pero a pesar de los 600 kilómetros de distancia entre frontera y frontera, la realidad es la misma. También es teatro de operaciones de la guerra de guerrillas entre los frentes 10 y 28 de las disidencias de las FARC y la guerrilla ELN, desatada el 2 de enero en Arauca.