La extorsión se ha convertido desde hace ya algún tiempo en una práctica “normal” en la frontera, donde guerrilleros, paramilitares y hasta funcionarios de los cuerpos de seguridad del Estado, exigen a productores y empresarios el pago de sumas periódicas de dinero para permitirles continuar con sus actividades habituales. En los últimos meses los reportes sobre cobros de vacuna, como también se le llama a la práctica extorsiva en Venezuela, llegan desde lugares cada vez más alejados de las fronteras, lo que evidencia el crecimiento de las redes de extorsión, que avanzan desde las líneas binacionales hacia el corazón de los estados fronterizos venezolanos.