Diversos negocios han surgido como respuesta a la cambiante dinámica comercial en las zonas limítrofes entre Colombia y Venezuela, así fue creado Ecológico San Juan Bautista, un servicio de traslados en bici-taxis integrado por 12 trabajadores, entre quienes se encuentran tres mujeres. Andreina Rodríguez y Reina Rolón laboran de seis a 12 horas, según el día, y durante las jornadas pueden llevar a cabo más de 100 traslados. La bicicleta es su instrumento de trabajo, pero el motor son sus cuerpos. “Yo me monté en esta cicla (bicicleta) porque necesitaba trabajar y esa necesidad fue la principal motivación para creer en mí misma y en mis capacidades físicas”, comenta Andreina, mientras seca el sudor de su rostro y aplica protector solar. En carros de hierro galvanizado, con ruedas laterales, dos asientos y techo de plástico ocurre el transporte. El equipo de bici-taxis permanece atento al tránsito del lugar, pues comparten la vía con los camiones de carga que circulan por el puente Internacional Francisco de Paula Santander. La exigencia física en esta clase de labor ha causado estragos en la salud de las venezolanas, en particular en su espalda.