Las autoridades de Norte de Santander están preocupadas por el incremento de migrantes represados en la frontera. A pesar del esfuerzo logístico y humano, la restricción de las autoridades venezolanas imposibilita la salida de miles de personas. Ante el riesgo sanitario y el hacinamiento en inmediaciones del puente internacional Simón Bolívar, el pasado 14 de junio fue habilitado un campamento transitorio para la población venezolana. Sin embargo, el lugar solo tiene capacidad para 600 personas. Jairo Yáñez, alcalde de Cúcuta, advirtió que la llegada masiva de migrantes supera la capacidad de respuesta de las alcaldías del área metropolitana y pidió ayuda al Gobierno Nacional y a la comunidad internacional para evitar un colapso en la atención migratoria