La muerte de Julio Pabón Bochagá por ahogamiento luego de ser arrastrado por la crecida del río Táchira, no será el último mientras siga el cierre de los puentes internacionales que comunican a Venezuela y Colombia. Esas víctimas pasan a engrosar una penosa lista que poco importa a las autoridades. Con él ya son ocho las vidas cobradas por el caudaloso afluente. Hasta el mes de julio del 2021, la ONG Observatorio Venezolano de Violencia, registró la cifra importante de personas que habían perdido la vida intentando ir de un lado a otro, por diversos motivos, en su mayoría laborales o por compras. Anna María Rondón Trejo, coordinadora del OVV en la entidad, expuso parte del problema. “Las muertes producidas por esta situación son indicadores de la violencia estructural que se vive en el Táchira por la falta de oportunidades laborales, la escasez de productos alimenticios y medicinales o el sobreprecio con que se debe comprar en el estado”. Las victimas son: 2 mujeres, 4 hombres, una adolescente de 15 años y un niño de 10, para un total de 8 víctimas.