En Venezuela, Orlando Lozano tocaba la trompeta en grupos como Salserín. Carlos Urbina cantaba con la orquesta de Óscar de León y el maestro Adrián Avendaño enseñaba en conservatorios. Ahora los tres llevan su música a la calle 20 con carrera séptima, en el sector La Candelaria de Bogotá, con el proyecto musical Son Rumbero. Desean demostrar que el talento de la migración también se puede aprovechar.