Rodeados de buitres que esperan su turno sobre los árboles, migrantes venezolanos se ganan la vida buscando metal, plástico, cartón y alimentos en un basurero de una ciudad fronteriza brasileña. Atrapados en un limbo de tierra baldía, apenas ganan lo suficiente para alimentar a sus familias y no pueden pagar un boleto de autobús que les permita ir a las ciudades del sur de Brasil a buscar trabajo. Culpan al presidente izquierdista Nicolás Maduro por la mala gestión de la economía y causar la profunda crisis que ha llevado a varios millones de venezolanos a emigrar a través de América Latina.