La frontera más activa de América Latina se convirtió en puro realismo mágico, todo puede pasar, cualquier cosa es posible. Tres grandes puentes conectan al Táchira con el departamento del Norte de Santander, pero están cerrados para el comercio, el transporte y la integración, a la luz del día no pasa ni un solo carro, pero cuando cae la noche, algo ocurre. Nadie se explica cómo amanecen del otro lado los billetes y los productos con marca venezolana. ¿Magia?, Quizás hoy la frontera sería motivo de inspiración para que el maestro García Márquez se fajara a escribir otra maravilla literaria.