De forma súbita, el panorama migratorio en América Latina ha cambiado durante la última década, así lo señala el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en su informe titulado “El potencial de la migración en América Latina y el Caribe”. Dicho estudio refleja que entre los años 2010 y 2019 el número de inmigrantes en la región aumentó en 66%, es decir, unos 42,7 millones de personas viven fuera de su país natal, principalmente los venezolanos. Aunque los países destino o de tránsito ven a los migrantes como una carga; los inmigrantes también contribuyen al desarrollo de dichos países, pero este aprovechamiento de potencial debe ir de la mano de políticas públicas que faciliten la integración social y económica de los migrantes.