Más de 2500 niños, niñas y adolescentes en Amazonas pasan a territorio colombiano para poder estudiar, teniendo que pagar hasta 20 mil pesos colombianos a la semana, sumado al peligro inminente que corren sus vidas por el paso a riesgo a través del Río Orinoco, esto como consecuencia de la falta de atención del Estado venezolano. Debido al cierre de la frontera entre Venezuela y Colombia en el año 2020 por la presencia de la COVID-19, se evidenció el aumento de los pasos ilegales en los espacios fronterizos, tomando en cuenta que muchos de los niños que viven en esta zona, tenían que trasladarse por zonas riesgosas para poder recibir una educación digna en el hermano país. Esto trae como consecuencia el incremento en la deserción estudiantil, “por lo que el llamado es a que se respete el derecho a la educación que se está vulnerando por parte del estado, quien es el que debe velar porque en las zonas fronterizas se tomen en cuenta las necesidades y derechos de los estudiantes”.