La migración tiene varias caras, como todo proceso social. Están las historias particulares de cada venezolano o venezolana que emigró, en cada una de esas historias hay aspectos valiosos. El país que ha quedado atrás es otra faceta.
Otra arista, más allá de ese país que quedó atrás, es la ubicación, adaptación e inserción de los migrantes en otros países. Esto se basa en una síntesis de un trabajo más extenso que ha realizado José Cabello, economista senior del IMD.
Ocho de cada diez migrantes venezolanos han establecido una nueva vida en 17 países de América Latina y el Caribe, según las cifras de R4V, la plataforma que reúne las iniciativas para atender el éxodo de Venezuela por parte de la ACNUR y la OIM.
Se estima que entre 2017 y 2030, los trabajadores migrantes impulsarán las economías de sus países de acogida entre un 0,10% y un 0,25% en promedio cada año.
Aunque no hay una plena integración laboral de los migrantes en los diferentes países, el impacto económico de su llegada y de su participación en la dinámica de cada país es positiva. Significativa, según explica Caballero, para quien los beneficios económicos derivados de los migrantes en América Latina y el Caribe podrían ser aún mayores si se les brindara un mejor acceso a empleos.