El gobierno de Gustavo Petro en Colombia ha enfrentado el desafío de la migración venezolana desde una perspectiva que plantea interrogantes sobre la permanencia de estos migrantes en el país. A pesar de las declaraciones oficiales, la presencia de venezolanos en Colombia es innegable y es importante abordar este fenómeno con políticas públicas efectivas. A pesar de los intentos de presentar la migración venezolana como temporal, la realidad en Colombia demuestra lo contrario. El Estatuto Temporal de Protección para Migrantes Venezolanos (ETPV) y el crecimiento continuo de la población venezolana en Colombia son evidencias claras de una migración con vocación de permanencia. Amnistía Internacional ha señalado que Colombia, junto con otros países de la región, no está cumpliendo plenamente con sus obligaciones internacionales en la protección de los migrantes venezolanos. La creciente población venezolana en Colombia tiene un impacto significativo en la sociedad, desde la educación hasta la atención médica. Es esencial que las políticas públicas aborden estos desafíos y fomenten la integración económica y social de los migrantes. En lugar de negar la permanencia de los migrantes venezolanos, el presidente Gustavo Petro y su gobierno deberían reconocer esta realidad y trabajar en la formulación de políticas públicas que faciliten su protección y contribuyan a su integración en la sociedad colombiana.

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