El paso por los caminos verdes tampoco se detiene. Son muchas las personas que aún los usan y por diversas razones. Por esas sinuosas rutas pasean a diario los llamados “trocheros”, grupos de venezolanos, en su mayoría migrantes internos, que cargan mercancía hacia Venezuela o prestan servicios de guía a los viajeros que escogen las trochas. El río Táchira es un fiel testigo, a veces bullicioso y algo iracundo, y otras veces calmado y apacible, del cruce de ciudadanos con dirección hacia Venezuela o Colombia. A la altura del puente internacional Simón Bolívar, lado venezolano, es común presenciar el tránsito de “maleteros”, como también se le conoce a los “trocheros”, este último término más reciente y que se acentuó con la llegada de los connacionales de otras regiones del país, en especial del centro de Venezuela. Algunos ciudadanos, que no cuentan con el carnet fronterizo, también optan por atravesar los caminos verdes, los cuales no descansan ni de noche ni de día.