Entre los gritos de los vendedores ambulantes y el jaleo de los peatones, docenas de hombres jóvenes con carros de metal pasan de un lado a otro de la estación y la frontera, cargando maletas y mercancías. Se les conoce como “lomo taxistas” porque pasan buena parte del día cargando bultos pesados sobre la espalda. La escasez de alimentos y la hiperinflación en Venezuela empuja a miles de personas que dejan el país cada día buscando una vida mejor.