En La Parada, en Colombia, son pocos los espacios que quedan disponibles para el peatón. Las aceras y parte de las vías, están colmadas de vendedores informales, la mayoría de ellos de nacionalidad venezolana que ven en la convulsa localidad, una oportunidad para sobrevivir. Son muchos los venezolanos que se dedican a lo mismo. Algunos, por temor a la xenofobia, dudan en probar en zonas más lejanas; otros, se quedan en la convulsa localidad por falta de dinero para seguir la travesía.