Lala Lovera, directora de la ONG Comparte por Una Vida Colombia, reveló una cifra de un estudio que realizaron recientemente y que revela la magnitud del problema: El 41% de las niñas migrantes venezolanas radicadas en Norte de Santander no cuenta con productos para su higiene menstrual, y en consecuencia se registran de siete a nueve días de ausencia escolar al mes. En el evento Espacios de Protección y Atención: Buenas prácticas para la prevención y acción ante casos de violencia hacia las mujeres refugiadas, organizado por Amnistía Internacional, y realizado recientemente en Bogotá, Lovera enfatizó el drama que viven estas niñas migrantes venezolanas en Colombia. “Si un paquete de toallas desechables cuesta un salario mínimo venezolano (junio 2021 ) y si una mujer en Colombia gasta 15 mil pesos (cuatro dólares) al mes en tampones, ¿cómo viven su menstruación las migrantes? La respuesta es desgarradora: no pueden cubrir esta necesidad básica”, aseguró Lovera, quien describió que la mayoría de estas niñas migrantes usa continuamente pedazos de tela o papel higiénico por la menstruación, al ser más económicos y siempre presentes en el hogar.