La incertidumbre marca el camino de la implementación del Estatuto de Protección Temporal para Migrantes Venezolanos en las zonas fronterizas de Colombia, donde muchas personas que están irregulares sueñan con normalizar su situación para acceder a servicios básicos como salud y educación. En Cúcuta, capital del departamento de Norte de Santander y que tiene el principal paso fronterizo con Venezuela, viven 96.133 de los más de 1,7 millones de migrantes de ese país que se han establecido en Colombia. El secretario de Fronteras Víctor Bautista, confía en que”haya una mejora sustancial en aspectos de seguridad y control migratorio a través de un registro único de migrantes, así como un mejor control de frontera, el mejor uso de los pasos fronterizos y se combata el uso de las trochas”. El investigador Ronal Rodríguez, del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario de Bogotá opina, “Sabemos que la situación que se vive en la zona de frontera, uno de los riesgos más grandes es que pueda crear una especie de histeria colectiva, de hipocondría colectiva, a la cual se sume la xenofobia que ya se vive en el área”, añade sobre los retos a los que se enfrenta esta nueva medida en una zona que, como buena parte de Colombia, ha abierto los brazos para acoger la migración.