Una de las características de la migración venezolana que a menudo se olvida es que Venezuela carecía de tradición migratoria hacia el exterior. Esta circunstancia ha hecho que los migrantes venezolanos hayan tenido que emprender prácticamente desde cero una curva de aprendizaje colectivo a este respecto, a diferencia de otros países latinoamericanos. Este aprendizaje migratorio incluye un aspecto de vital importancia para cualquier grupo humano en situación de vulnerabilidad, o que al menos se encuentre en condiciones desfavorables respecto al promedio de la sociedad, y es la posibilidad de organizarse. Dos importantes estudios han comenzado a escudriñar la forma cómo la diáspora venezolana ha comenzado a organizarse en América Latina y el Caribe. Por un lado, el Observatorio Venezolano de Migración (OVM), de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab), de Caracas, editó en marzo de 2021 Mapeo de organizaciones y asociaciones de migrantes venezolanos en América Latina, bajo la autoría de Anitza Freitez y Constanza Armas, mientras que la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), hizo lo propio también en 2021 con Organizaciones de personas migrantes y refugiadas venezolanas en América Latina y el Caribe, con la firma de Julio Croci y Adriana Alfonso.