En lo que se ha manejado preliminarmente como una posible represalia contra los gremios de mototaxistas y de taxistas que operan en los municipios de frontera, que no sólo se estarían negando a pagar “vacuna” a un grupo irregular –aparentemente guerrilla- a cambio de dejarlos trabajar y también por resistirse a acatar nuevas condiciones laborales impuestas por éste, un mototaxista y un taxista fueron asesinados entre el viernes y el sábado, en Ureña.