Un reciente estudio del Fondo Monetario Internacional reveló el impacto positivo que la migración venezolana está teniendo en las economías de los países de la región. Las estimaciones del ente multilateral indican que la mano de obra venezolana podría incrementar en un 4.5 el PIB de los países de acogida para 2030, todo esto a pesar de que en ellos se requieren adecuadas políticas de inserción y condiciones favorables para la mano de obra migrante. Estas cifras se toman del estudio titulado «Regional Spillovers from the Venezuelan Crisis» (Efectos colaterales regionales de la crisis venezolana) desarrollado por economistas del Fondo Monetario Internacional. En el mismo, se asegura que el gasto para atender las necesidades de los migrantes venezolanos oscila entre 0,1% y 0,5% del PIB, dependiendo del país, pero se espera que ese impacto se vaya reduciendo con el tiempo en la medida en la que esos migrantes se vayan integrando a la economía local de cada país.