Sin importar el credo que profesen y atendiendo al llamado de que somos hijos de un solo Dios, las diferentes religiones y organizaciones espirituales en Norte de Santander se han unido para aliviar la dura situación que atraviesan los migrantes en este tiempo de coronavirus, la cual se ha agravado con el aislamiento nacional obligatorio desde el pasado 20 de marzo. A pesar de las medidas de prevención y protocolos sanitarios para evitar la propagación del virus, la Iglesia Católica, la comunidad evangélica-cristiana y entes practicantes de bien al prójimo en el departamento han reinventado sus métodos para ayudar a los miles de hombres, mujeres, niños y adultos mayores en condición de vulnerabilidad, con entrega de mercados, kits de aseo y otros insumos.