Desde mayo, los venezolanos detenidos en un centro gestionado por la guardia costera de Aruba, llamada Guarda Nos Costa (GNC), han realizado cuatro protestas pidiendo ser enviados de regreso a Venezuela, denuncia Human Rights Watch. Para entender por qué en medio de la pandemia de Covid-19 alguien querría volver a un país con un sistema de salud colapsado donde, además, los retornados no son bienvenidos, es necesario conocer qué ocurre en el centro de detención de migrantes de la GNC. Se conoce poca información sobre este establecimiento, ya que recientemente se les negó el acceso a las organizaciones humanitarias. Sin embargo, medios de comunicación y organizaciones de derechos humanos han informado sobre las condiciones deficientes en ese centro, que incluyen hacinamiento, violencia por parte de guardias y falta de artículos básicos de higiene. Un migrante detenido manifestó que no reciben visitas ni alimentación adecuada, y que sólo se les permite hablar por teléfono esporádicamente, por unos pocos minutos, con sus familiares en Venezuela. Las autoridades no permiten los vuelos ni el tráfico marítimo entre Aruba y Venezuela desde febrero de 2019. En la práctica, esto ha frenado los procesos de deportación, y los migrantes venezolanos permanecen detenidos, en una medida que claramente viola el derecho internacional. Algunos han estado detenidos por más de seis meses. Aruba debe liberar a los migrantes que no pueda deportar de inmediato a su país de origen.