Las inspectoras Neglis Contreras y Gladys Cáceres, jefas de la Brigada Contra la Violencia Intrafamiliar, de la delegación municipal de San Cristóbal, son el nervio motor de las investigaciones que en materia de violencia se desarrollan a nivel regional. Con 43 casos resueltos en lo que va de año, se han encontrado con una particularidad que llama la atención, pues en la mayoría de los casos se trata de hechos que venían ocurriendo desde hace tiempo, pero que por diferentes razones no fueron detectados a tiempo por los padres. No se tenía conocimiento porque la víctima prefería mantener silencio. Consideran que la cuarentena social ha influido para que se sepa de estos casos, pues los padres ahora comparten más con sus hijos, están en el mismo lugar, conversan, juegan y se ganan la confianza de los muchachos. Al aumentar los lazos de amistad con los niños y adolescentes, progresa la confianza que debería existir entre padre e hijo, y eso permite que cuenten sobre situaciones irregulares que estén afrontando.  

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