Un verdadero calvario viven quienes vienen desde municipios fronterizos hasta la capital del estado Táchira. Y es que en diferentes alcabalas o Puntos de Control, como les dicen, hacen hasta lo imposible, con tal de demorar a quienes suben desde la frontera con el vecino país de Colombia. Bajo el sol abrasador característico de la frontera, usuarios denuncian que hasta cinco horas duran para pasar por la alcabala de Peracal, pues sin razón aparente redujeron de tres a un solo canal el acceso vehicular, lo que genera un caos total. El cuello de botella que se arma en la zona puede llegar hasta el peaje, que se encuentra a poco más de un kilómetro de distancia ya que los vehículos ocupan todos los canales y en la lucha por ubicarse en el primer carril se pierden preciadas horas.