La pandemia del coronavirus no ha detenido las actividades del Centro Misionero Nueva Vida, Misericordia Cada Día, en el asentamiento La Fortaleza en Cúcuta. A pesar de no entregar por ahora los 500 almuerzos diarios a las personas más necesitadas de la comunidad, el espacio sigue sirviendo con capacitaciones de emprendimiento, recreación y formación de líderes dirigido a migrantes venezolanos y retornados colombianos. La hermana Patricia Celis Villamarín, misionera del centro, recordó que hacen vida en este lugar desde hace 7 años, cerca del anillo vial occidental. Tenían un comedor en otro sector de la ciudad, pero al ver la necesidad en La Fortaleza decidieron trasladarlo hasta ese sitio, donde compartieron los alimentos preparados incluso con habitantes de zonas aledañas como La Esmeralda, Nueva Ilusión y Talento. Destacó que el trabajo ha sido integral con miembros de la colectividad y de representantes de organizaciones de cooperación internacional.